La agrupación de Machuaychas de Tokoros y Pinkillos esmero de la estampa Juliaqueña, ritmo y compás de la fuerza visionaria que llena los pulmones del frió en los meses de invierno de la meseta andina. Es la fiesta del amor de la Kashwa de San Sebastían. El simbolo del entusiasmo y la alegría de los Machu Aychas. El mar fecundo de la emoción que aflora y anhela la felicidad de la vida que acaricia flores de encanto y la arrogancia juvenil de los años mozos.Los Machuaychas viste de elegante trajes color azul desde el sombrero hasta las chalinas. Ellos se concentran en el parque Jose Carlos Mariategui, ubicado entre los jirones huancane y 8 de Noviembre, para iniciar su pasacalle por las principales arterias de la ciudad hasta llegar a la Plaza de Armas.
En su coreografía tanto los hombres como las mujeres hacen la policromía de sus movimientos con la cadencia vistosa y la agilidad en el jaleo original de las parejas. Hermosas jóvenes con phullos y chucos de color variado y vistoso, riman sus versos interminables, con el hombre que exhibe la guapeza fornida de sus pasos y el salto felino del coro que repica las flores de la Kashwa de San Sebastian. Rueda tras rueda "invita rosas", jala que jala "huifita rosas", interminable la danza, "Isidorita... aysarillahuay" repiten los varones jadeantes. Las manos de la ronda cargan el frió y el donaire de todos. En ellos se ve el sortilegio de las flores, el anticipo del sello de la buena cosecha con el derroche de la danza.
La Kashwa de San Sebatían, carnaval chico, augurio de lindos días de suerte, los tokoros y los pinkillos de los Machu Aychas abrigan con la melodía de sus voces, tejidos con el verbo del hambre y la miseria, para olvidar la pena cargados de dolor y angustia en los rincones más pequeños del corazón del Cristo Blanco de Huayna Roque
Pasa de las 9 de la mañana los conjuntos de los Machuaychas se trasladan hasta el cerro Huynarroque para iniciar la recepción de ofrendas para realizar el pago a la tierra, pidiendo buenos deseos para el año 2018. Durante la tarde los danzarines descienden hasta la explanada del cerro del mismo nombre, para iniciar con la Kashwa de San Sebastiàn.
Pasando el medio dia los integrantes realizaran su pago a la pachamama en el cerro Santa Cruz y posterior a ello se arealiza el challachi alos nuevos intefrantes de la familia de Los Chiñopolcos a quienes se les da la bienvenida con una juramentacion tradicional y bautizo con cerveza. La fiesta de prolongo hasta altas horas de la noche con todo el colorido y la alegria que los caracteriza a Los Machuaychas y Chiñipilcos, ellos se apoderan de las calles de la ciudad de Juliaca.
Aquí les dejo un vídeo donde podrán observar la danza de Los Machuaychas y Chiñipilcos identificándose con su Danza tradicional de Juliaca.